Semana del 4 al 10 de agosto de 2024
Poema 1
Con la tranquilidad del edificio,
sostenido por sí mismo grano a grano,
te levantas tú sobre la hierba.
Firme como si hubieses nacido
tal y como ahora estás de pie ante mí
con un kiwi en la boca.
Me destripas el libro
que acabas de terminar y has dejado
de cualquier manera sobre la manta.
No soportas al autor
No lo soporto
ni entiendes por qué escribe lo que escribe.
ni entiendo por qué escribe lo que escribe.
Te olvidas pronto del asunto
y guardas los restos del kiwi en una bolsa.
El cielo te reafirma en su quietud.
El viento acaricia el lomo de la tierra
y los rayos del sol, tronchados por las ramas,
perforan tu piel y te desbordas.
Mi amor en el silencio que guardo al mirarte,
en la inmovilidad de tu cuerpo
como una nueva ruina entre mis manos.
- Javier Calderón
Poema 2
A menudo me pregunto en qué piensas.
En esas ocasiones sueles estar sentado bajo el sol
cierras los ojos levantas la barbilla
y tu piel parece fresca y al margen del tiempo
como el mármol
tiene la textura de entretiempo de un cielo cian a punto de [cederse a octubre
y abres un poco los labios para sorber con delicadeza el [calor que aún queda entre los árboles.
Me pregunto entonces de qué forma
se vacían tus gestos del peso de lo humano
y accedes a colores que ve la gente enamorada
en las paredes huecas del paisaje.
De pronto deshaces el enredo de claridad
que te ocultaba y me hablas
continúas la frase que habías dejado a medias o me preguntas qué estaba diciendo te llevas de nuevo la nectarina a la boca
quién sabe yo solo asiento o digo da igual
me acerco un poco a ti
y acepto la inquietud de mar que vibra bajo todas las raíces el silencio
de madera al que a menudo te escapas
y me reúno contigo en la luz
- Javier Calderón
Este par de poemas, del mismo autor, me gustan mucho porque me recuerdan lo cotidiano de amarte. La intriga de descifrarte en el día a día. Cuéntame del libro que estás leyendo, de la canción que escuchaste y te cautivó, haz que lo más normal del mundo se vuelva una aventura y hazme parte de ello. Te mentiría si te dijera cuándo fue que los leí, supongo que, a lo mucho, hace año y medio o así, pero me encanta que trasmiten tan bien ese sentimiento de asombro y serenidad propio de existir un rato contigo. Quise iniciar con estos porque coinciden con la temática de los que escribí y te mandé. Quiero que se sientan un poquito más familiares.
Comentarios
Publicar un comentario